Riego por goteo en cultivo de lavandín: consejos de instalación para una máxima rentabilidad
Saleplas es una empresa comprometida con la vanguardia y la agricultura. En este artículo les vamos a hablar sobre un cultivo industrial como es el lavandín (Lavandula hybrida), especie resultante de la hibridación entre el espliego y la lavanda. El lavandín puede que sea un producto nuevo para muchos agricultores de La Mancha Oeste, pero sí está bastante implantado en las provincias de Guadalajara y Cuenca, desde donde se está extendiendo a áreas limítrofes y a otras provincias como Albacete, Valladolid, Soria o Palencia. Hay que remontarse hasta finales de los años 60 cuando se empezó a cultivar el lavandín en las zonas ya nombradas procedente de Francia, país que actualmente sigue controlando el mercado internacional del aceite esencial producto de este cultivo. La introducción del lavandín en España fue posible gracias a una amplia difusión tecnológica llevada a cabo por el INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria) y el Servicio de Extensión Agraria.
La finalidad de este cultivo es la obtención de su aceite esencial mediante destilación, siendo utilizado posteriormente en la industria de fabricación de perfumes, cosmética y farmacéutica. Es muy importante destilar la planta antes de las 24 ó 48 horas después de su recolección para mejorar la calidad del aceite que se obtiene. Además en la zona donde está implantado este cultivo se pueden establecer sinergias beneficiosas con explotaciones apícolas, de cara a la producción de miel monofloral.
El lavandín es un cultivo perfectamente adaptado a nuestro clima continental con influencia mediterránea ya que posee una buena resistencia tanto a las bajas temperaturas invernales como a las elevadas temperaturas del verano. La plantación se realiza mediante esquejes provenientes de viveros (las semillas del lavandín son estériles al proceder de una hibridación) y comienza a producir pronto una vez establecido sobre el terreno (a partir del segundo año). Puede desarrollarse en terrenos pobres en materia orgánica pero que tengan un buen drenaje, suponiendo una alternativa a los clásicos cultivos cerealistas. Su recolección está automatizada siendo las empresas que se encargan de la destilación las que ofrecen este servicio. El mantenimiento del cultivo es mínimo una vez realizada la inversión inicial, sin excesivos problemas de plagas y enfermedades.
Hay que tener en cuenta que para obtener un nivel de rendimiento óptimo en una explotación de lavandín es necesario poner el cultivo en regadío o con riego deficitario, sobre todo cuando los niveles de precipitación no alcancen unos valores mínimos en las etapas críticas de desarrollo de la planta (antes y después del período de floración). El riego localizado por goteo es el sistema ideal puesto que evitamos el rociado de la parte aérea de la planta que dañaría las flores y reduciría la calidad del producto cosechado. Vemos que el agua es un factor clave para asegurar un incremento de la productividad y calidad de la cosecha, siempre y cuando se aplique en el momento idóneo y con los medios apropiados.
TUBERÍAS DE RIEGO POR GOTEO PARA EL CULTIVO DEL LAVANDÍN.
La amplia gama de tuberías para riego por goteo fabricadas por Saleplas ofrecen una solución ideal para el cultivo del lavandín. Saleplas fabrica tubería con goteros integrados turbulentos o autocompensantes conforme a la norma UNE-EN ISO 9261. También está disponible la gama Saleplas Spring antisucción/antisifón, mecanismo por el cual se impide el efecto de succión de los emisores al interrumpir el riego, evitando la entrada de suciedad en el gotero. Esta última opción es especialmente útil en instalaciones de riego subterráneo, complementándose siempre con la utilización de ventosas.
Recientemente se están realizando instalaciones de riego por goteo para lavandín en las que hemos empleado tubería con gotero autocompensante, asegurando de esta manera un caudal uniforme y un amplio rango de autocompensación, logrando mayor longitud del lateral de riego. Además este tipo de gotero se adapta a instalaciones con pendiente o topografía irregular, que son características en sus zonas de cultivo tradicionales (Alcarria, estribaciones de la serranía conquense, etc.).
Para el cultivo del lavandín se utilizan distancias entre goteros en torno a 0,45 y 0,65 m, que coinciden con la distancia de plantación, es decir, un gotero por planta. Son suficientes generalmente goteros de caudal bajo, entre 1,4 l/h y 2,3 l/h. La distancia entre los ramales de goteo (un único ramal por línea de plantación) se sitúa entre 1,80 – 2,00 m. Por supuesto se pueden fabricar tuberías con otras distancias entre goteros y existe incluso la posibilidad de fabricación de tuberías con distancias entre goteros variable.
Las tuberías de riego por goteo de Saleplas poseen una larga vida útil, cubriendo completamente el ciclo de cultivo del lavandín, que es un cultivo plurianual establecido en la explotación durante un mínimo de 10-12 años y hasta normalmente los 14-15 años, cuando su producción decae.
Aparte de una adecuada selección de tuberías de riego por goteo para este tipo de instalaciones, un correcto diseño y mantenimiento son requisitos fundamentales para el éxito de nuestra explotación. Desde Saleplas asesoramos a nuestros distribuidores e instaladores de riego en el cálculo hidráulico y distribución de tuberías, proporcionándoles además un completo informe técnico junto a planos de la instalación de riego a ejecutar. Tampoco hay que olvidar la necesidad de tener en la instalación un sistema de filtrado para retener partículas sólidas que pudieran entrar en la red de riego.